Hasta ahora se sostenía que esas diferencias se debían al funcionamiento de las hormonas sexuales o a las presiones sociales. Se creía que la estructura básica del cerebro de hombres y mujeres era la misma.
Sin embargo, estudios realizados mediante resonancias magnéticas funcionales han demostrado que no son iguales. Aunque el 99% de nuestros genes sean idénticos, ese 1% hace una diferencia.
Un estudio en la Escuela de Medicina de Harvard encontró que la región del cerebro en la que se procesan las decisiones y la resolución de problemas (en el lóbulo frontal) era proporcionalmente más grande en las mujeres. También se encontraron diferencias en la corteza límbica, que regula las emociones, más grande en el cerebro de las mujeres.
Otros estudios han descubierto que el hipocampo, involucrado en la memoria de corto plazo, era mayor en las mujeres. Entre las regiones que se cree que son más grandes en el cerebro de los hombres se destaca la corteza parietal, que procesa las signos de los órganos sensoriales y está involucrada en la percepción del espacio.
Hombres y mujeres utilizan distintos mecanismos cerebrales para controlar el dolor. También difiere el comportamiento de la amígdala, que regula las emociones y la conducta social y sexual.
Comprender la biología del cerebro femenino y masculino nos puede ayudar a relacionarnos mejor. Una parte importante del conflicto que existe entre hombres y mujeres se debe a las expectativas, poco realistas, derivadas de la incapacidad de comprender las diferencias entre ambos géneros.
La mayoría cree que los objetivos primordiales del cerebro masculino son el sexo, el status y el poder, no necesariamente en ese orden. Y es cierto que la tendencia a buscar estos fines está programada en los circuitos del cerebro masculino.... pero no siempre.