Haití sigue asediado por hambre y pobreza

Ya han contado tres meses de penurias. En las horas del día los agobian los inclementes rayos del sol y en las noches el frío y los asaltantes les roban el sueño. Así viven desde el pasado 12 de enero las familias que resultaron afectadas por el terremoto que sacudió esta nación, pero lo que más los afecta afecta es que el hambre y la sed se hacen cada día más implacable.
De hecho, la frase que más se escucha de los labios de las familias que viven en los refugios visitados por reporteros de LISTÍN DIARIO es “muen gangu”, tengo hambre.
El dirigente comunitario de Haití, Carlos Jean Charles, denunció que la situación de hambre es tan crítica que tiene numerosos casos de niñas de ocho y diez años que han empezado a prostituirse para ganarse el sustento diario.

“Y las madres de estas niñas no hacen nada, porque dicen que de alguna forma hay que conseguir dinero para no dejarse morir”, agregó.
Los refugiados se quejan de que a pesar de la cantidad de ayudas que han enviado las naciones amigas a Haití, a ellos no les está llegando nada y su situación de deterioro va en picada.
Algunos refugiados comentaron que las ayudas que llegan a Haití las están secuestrando.
“No sé, alguien debe estar negociando, porque es mucho lo que se ha destinado para nuestra causa. Nosotros estamos agradecidos del Gobierno dominicano que hizo unos operativo que pudimos disfrutar, pero dónde está lo demás que ha llegado”, dijo Jean Charles.
Los refugiados de Delney Route Nle número 4 narraron que la noche del pasado viernes llovió y que sus refugios construidos en trapos, papel plástico y pedazos de lona, dejaron pasar las gotas de agua que caían sobre sus cuerpos como granos de hielo.
Nathaly Lorenzo dijo que esa noche no tuvieron otro remedio que acomodarse todos debajo de una mata de mango y otros árboles de sombra que existen allí para evitar empaparse, y de todos modos amanecieron mojados.
Agregó que lo que utilizan como cama se convirtió en una especie de pocilga, y al día siguiente el sol fue implacable.
“Aquí pasá mucha hable cada día, no tené zapatos, no tené lopa, nosotlo dolmí en suelo y mojá cuando llueve.
Aquí el sol quemarnos duro y nosotlo necesitá medicina.
Aquí no llegá nada”, dijo el joven Richard Jenn Charles, quien su anhelo es terminar el bachillerato y entrar a la universidad.

Penuria
Esta situación de calamidad afecta en mayor proporción a la población infantil y según Carlos Jean Charles quien tiene su refugio bajo una carpa de retazos frente al Palacio de gobierno, a raíz del evento han muerto cerca de 50 infantes sólo en ese lugar, a causa de enfermedades infecciosas y hay numerosos infantes muy deteriorados.
“Nosotros llevamos una vida incierta. Mira, vivimos justo frente al Palacio Nacional en las condiciones más deplorable que pueda tener un ser humano. Aquí las violaciones sexuales a niñas son frecuentes y por cualquier lugar que se camina no hay la mínima seguridad”, dijo.
En los refugios visitados fue frecuente encontrar niñas de un año hasta diez bañándose totalmente desnudas al aire libre y en las áreas comunes por la que transitan los refugiados y extraños.
Ellas parecían ajenas a su alrededor y risueñas se enjabonaban unas y otras, sin pensar en el futuro que les espera.
En otros casos se pudo observar niñitas de uno hasta tres años vestidas sólo con una blusa, sin pantis y con los pies descalzo, mientras sus madres se quejaban de que no tenían ropa ni pañales para ponerles.
“Aquí cada día tiene un futuro diferente. No tenemos esperanza de vivir mejor, porque ya tenemos tres meses en las calles y el Gobierno nuestro no ha hecho nada. Necesitamos de todo”, dijo Yanette Llurat, madre de cuatro hijos con quienes vive en una carpa junto a otras 44 personas.
Allí también habita Mayory con sus cuatro hijos y ambas manifestaron su preocupación porque ninguno ha podido volver a la escuela, y no vislumbran cuándo podrán pisar de nuevo las puertas de un planter educativo.

Preñada
Cindy Francois tiene 19 años de edad y está en su sexto mes de gestación.
El terremoto le arrebató sus padres, el esposo y hermanos y dice que sólo la sostiene la misericordia de Dios.
“Yo como porque mi tía y los vecinos del refugio me dan. Anoche con las lluvias fue muy difícil, porque me levanté como loca mojandome.
Eso es muy duro para mí en esta situación. No sé qué hacer la verdad”, dijo.
La chica que habita también frente al Palacio Nacional en una carpa de trapos y pedazos de papel plástico, señaló que su cama la hace cada noche con trapo y papel, por lo que sufre constantes dolores de espalda.
Tanto ella como cada uno de los haitianos que conversarib con reporteros de este diario, dijeron que a tres meses de la tragedia sus esperanzas se desvanecieron.
“Después de todo, estoy seguro que la situación de nosotros es seguir pasando calamidad en estos refugios, porque es tiempo ya de que la reconstrucción de Haití se inicie y todo se ha quedado en un punto muerto”, dijo Francisco Franco.

 OPERATIVO MÉDICO EN UN CAMPAMENTO    
La Defensa Civil, a través del Programa Preventivo de Desastres (PPD) y del Programa de las Naciones Unidas (PNUD) y el apoyo Despacho de la Primera Dama, llevó a cabo un operativo medico y de reforzamiento de la capacidad de riesgos en el Campamento Men Nan Men Saint 17. La jornada estuvo encabezada por la coordinadora nacional de programa, doctora Miguelina Tactuk, quien explicó que los haitianos de diferentes edades recibieron atenciones médicas y medicina gratis.
En el operativo participaron decenas de médicos dominicanos y un equipo técnicos voluntarios dominicanos que permanecieron en el vecino país casi una semana. “En este campamento hay instalados 194 albergues provisionales, pero estamos habilitando esta área para adicionar otros albergues con los que sumaremos 206 en total. Es decir que 400 familias haitianas vivirán de manera provisional con todas las condiciones básicas; agua, comida, luz y baños que serán suministrados por el gobierno dominicano, conjuntamente con organismos internacionales”, aseguró. La galena indicó que durante las consultas pudieron contactar que los casos más encontrados en los pacientes fueron procesos respiratorios, anemia, problemas digestivos y febriles, así como problemas en la piel, diarrea en niños, entre entre otras complicaciones menores.
“Técnicos dominicanos de la Defensa Civil impartieron un taller de reforzamiento de capacitación de riesgos, mediante el cual se busca preparar a los miembros de la protección haitiana para que una vez la misión dominicana culmine su labor humanitaria en este lugar, continúen con la administración del campamento de manera organizada”, destacó la doctora Tactuk.
Explicó que dentro del operativo, el Despacho de la Primera Dama de la República donó doce carpas, las cuales serán utilizadas en las labores administrativas de los albergues, así como más de diez mil camisetas y los medicamentos entregados a los beneficiados con la jornada asistencial.
“Para este operativo contamos con todo tipo de medicamentos genéricos; o sea para las vías respiratorias, antihipertensivos y anti-diarreicos, entre otros”, puntualizó la facultativa. En representación del gobierno haitiano participó, el representante de la Organización Internacional de la Migración (OIM), el ingeniero Foundy, quien tiene a cargo el acondicionamiento de los terrenos donde son instaladas las carpas, con el apoyo de los técnicos dominicanos.