Un caso emblemático es el de Curitiba, capital del estado brasileño de Paraná, cuyo sistema de transporte basado en los buses rápidos es un ejemplo de movilidad sostenible a nivel mundial. También el de Transmilenio, el sistema de la capital colombiana de Bogotá, que transporta a más pasajeros por milla/hora que cualquier otro subterráneo en el mundo. Otras ciudades latinas que cuentan con este servicio incluyen al DF mexicano y a Santiago de Chile; y capitales como Buenos Aires (Argentina) y Lima (Perú) han anunciado planes para implementarlos.
Hasta ahora, estos servicios se habían visto principalmente como una solución al desparejo tránsito de ciudades en desarrollo. Pero de acuerdo a un artículo del New York Times, podrían ser una alternativa para combatir el cambio climático.