Los ejecutivos de Microsoft se entusiasman con su nuevo sistema operativo, el Windows 7 (W7), que saldrá a la venta el próximo 22 de octubre. Pero saben que no pueden tropezar con las mismas piedras que tuvo por delante el camino del Windows Vista, su último sistema operativo que, a pesar de sus calidades técnicas, tuvo mucha resistencia de parte de los usuarios y de la prensa.
"Cuando Windows Vista salió, nos dimos cuenta que no estaban preparados algunos drivers -dispositivos que favorecen la conectividad con otros elementos como, por ejemplo, las impresoras-. Aunque su desarrollo no corresponde a Microsoft, sino a los fabricantes, al cliente le da igual eso y dice que Vista no funciona. Queremos cambiar esto", señaló María Garaña, presidenta de Microsoft España.
En este sentido, destacó que ya están preparados 80.000 drivers desarrollados de manera conjunta con la industria del sector.
En Europa, W 7 tendrá una versión sin el navegador Internet Explorer. Está es una respuesta del gigante del software a las repetidas acusaciones de monopolio por parte de la justicia europea.
"La Unión Europea está regulando temas de innovación tecnológica y tienen que analizarlo", explicó Garaña. Y apuntó respecto a la decisión sobre Windows Explorer que el organismo europeo -que "nunca se refirió" a las prácticas comerciales de Microsoft, sino "a la cantidad de tecnología" para el software- dice ahora "que no sabe si lo mejor es comercializarlo así". A su entender, los responsables en Europa "no deberían regular sobre innovación tecnológica, ya que el perjudicado será el usuario".