El Titanic no pidió socorro hasta 47 minutos después de su fatal colisión con un iceberg en su primer viaje transoceánico en la noche del 14 de abril de 1912, según un nuevo libro acerca del hundimiento más célebre del siglo XX.
"Las 101 cosas que usted pensó que sabía sobre el Titanic, pero no sabía" es la obra del británico Tim Maltin que se publicará el jueves, coincidiendo con el 98 aniversario de la noche en la que 1.517 personas perdieron la vida en las heladas aguas del Atlántico.
La principal conclusión del libro es que los responsables del que fue presentado como "el transatlántico indestructible" malgastaron un tiempo precioso tratando de averiguar los daños causados por el iceberg en el casco del barco, y que eso fue lo que evitó la llegada a tiempo de los barcos que había cerca de su ruta.
En concreto, Maltin asegura que el capitán y los oficiales quisieron mantener en secreto lo ocurrido, por toda la propaganda que había rodeado a la primera singladura del Titanic entre Southampton (Inglaterra) y Nueva York, y que cuando se dieron cuenta de la gravedad del accidente fue demasiado tarde.
"Posiblemente consideraron el impacto público de lo ocurrido y mientras decidían si el barco se hundía o no, pudo haber un ligero retraso", explicó el autor, que sostiene también que hasta que no se dio la primera señal de alarma, tres cuartos de hora después del choque, no se lanzaron al agua los primeros botes salvavidas.
Según Maltin, "pudo ser que les llevó todo ese tiempo considerar el daño sufrido, pero para mi es probable que no quisieran enviar hasta el último momento un mensaje de preocupación".
La pregunta que plantea el libro es si el tiempo transcurrido hasta que se envió un SOS y las dudas que supuestamente tuvieron los oficiales decidió la suerte de los pasajeros del Titanic.
El buque chocó contra el iceberg a las 11.14 de la noche y el SOS no fue enviado hasta pasada la medianoche.
Según Maltin, de haberlo hecho antes, la tripulación del Californian, uno de los primeros barcos que llegaron al lugar de la catástrofe, hubiera estado despierta y hubiera podido poner en marcha la operación de rescate con mucha más rapidez.
El autor del libro investigó durante dos años los resultados de las indagaciones que llevaron a cabo los Gobiernos estadounidense y británico y se entrevistó con los principales expertos en el tema.
Constató, entre otras cosas, que el capitán Edward Smith tenía un largo historial de accidentes y que no estaba acostumbrado a barcos de dimensiones parecidas a las 50.000 toneladas del Titanic.
De hecho, el primer viaje del transatlántico estuvo a punto de terminar nada más salir del puerto de Southampton, porque el Titanic estuvo a punto de chocar contra el New York, y el libro incluye una fotografía que ilustra lo cerca que estuvo de ocurrir el accidente.
"La colisión se evitó por sólo 2 pies (61 centímetros), algo que obviamente es indicativo del desastre que se preparaba", aseguró Maltin, quien subrayó que Smith estaba acostumbrado a buques de la mitad de tamaño y que anteriormente había chocado con el Olympic, una versión pequeña del Titanic, en el puerto de Nueva York.
Además, destacó el autor, el barco navegaba a 22 nudos en el momento del accidente, una velocidad excesiva en una zona conocida por la presencia de icebergs, pero de nuevo el deseo de convertir el viaje del Titanic en un éxito pesó más que la responsabilidad.
"Querían batir el récord de tiempo que tenía el Olympic. Estaban intentado sorprender a todo el mundo y llegar a Nueva York un día antes de lo previsto", añadió Maltin en la presentación de un libro que ofrece otros datos interesantes y poco conocidos del Titanic.
Por ejemplo, que cuando el Titanic salió de Inglaterra se declaró un pequeño incendio a bordo, que el agujero fatal causado por el iceberg sólo tenía una superficie de 1 metro cuadrado y que la mayoría de las víctimas murieron congeladas, no ahogadas.