De un tiempo a esta parte es posible, y muy sencillo, retomar el contacto con antiguos compañeros de colegio de los que no sabemos nada desde que se fueron a vivir a Argentina con sus padres en los ’80; compartir conocimientos con colegas de profesión de manera instantanea; hablar a la vez con gente de diferentes puntos del planeta y ver a nuestro hermano que está de Erasmus en Croacia sin coger ningún avión.
Estamos "tecnotizados" y muchos ya no conciben (concebimos) las tareas más rutinarias sin el ordenador de por medio. Hacer la compra, planificar viajes, resolver hasta la más mínima duda, leer la prensa, jugar y entretenernos... Y, por supuesto, conocer gente a través de la Red e, incluso, enamorarnos gracias a las "arrobas" y los "puntoscom" también está a la orden del día.
Sin embargo, en este último punto, hombres y mujeres presentamos alguna que otra diferencia. Según un estudio reciente realizado por la web para conocer gente nueva mobifriends.com, aunque tanto ellos como nosotros utilizamos este tipo de servicios a partes iguales (55% los varones y 45% las mujeres), no buscamos lo mismo.
Desmitificado aquello de que “los portales de contactos son sólo para ligar” y que “es cosa sólo de jóvenes”, lo cierto es que, cada vez más usamos Internet y los dispositivos móviles para encontrar amigos y gente con la que compartir aficiones, y el espectro de edad se dispara desde la adolescencia hasta pasados los 60.
¿Un nuevo amigo, una nueva pareja o, simplemente, una aventura?
Pero, ¿qué tipo de relación es la que más suele buscarse? Según datos de mobifriends.com, la gran mayoría, un 65,62%, opta por no definir de forma clara sus intenciones en un primer momento y seleccionan el “ya veremos” como el tipo de relación que buscan. Sin embargo, este porcentaje es general y si lo dividimos por sexos, lo cierto es que nosotras preferimos la amistad en un 64.75% de los casos.
Pero donde de verdad se observa una abrumador desacuerdo entre hombres y mujeres, es en que ellos, en casi la mitad de las ocasiones, se decantan por vivir una aventura como opción de “tipo de relación”, frente a un escaso 16% en el caso de las féminas.