El hombre que disparó un arma de fuego en las cercanías del Pentágono y que murió en un enfrentamiento con la Policía actuó solo y, al parecer, no tenía vínculos con terroristas, indicaron ayer las autoridades.
El sospechoso, identificado como John Patrick Bedell, de 36 años, y con domicilio en Hollister (California), recibió un impacto de bala en la cabeza y murió antes de noche en el Hospital George Washington.
"No hay indicios, en este momento, de que hubiese algún vínculo terrorista doméstico o internacional en todo esto", dijo el jefe de la Policía del Pentágono, Richard Keeil, que aseguró que se desconocen las causas del tiroteo.
Los dos agentes policiales que se enfrentaron al atacante y resultaron heridos en el tiroteo fueron dados de alta del hospital, añadió Keevil, quien describió sus lesiones como "superficiales". Un agente fue alcanzado en el muslo y otro en el hombro.
"Hasta ahora no parece que alguien más haya actuado junto a Bedell", dijo el oficial de la Policía, quien agregó que "aparentemente se trata de un individuo solo que tenía algún problema".
Keevil dijo que Bedell iba bien vestido, con un traje, cuando se aproximó a los guardias en la estación del tren subterráneo adjunta a la sede del Departamento de Defensa de EEUU, conocido como el Pentágono, un edificio en el que trabajan más de 23.000 personas.
El hombre no llevaba chaleco antibalas, y portaba dos pistolas calibre 9 milímetros y abundante munición "cuando caminó directamente hacia los policías y empezó a disparar", dijo Keevil.
Las autoridades creen que Bedell, descrito como un hombre bien educado y que tenía más munición en su automóvil, había pasado varias semanas viajando en ese vehículo desde la Costa Oeste hasta la capital estadounidense.
Tres policías del Pentágono respondieron al ataque de Bedell, y el tiroteo duró menos de un minuto.
La estación del ferrocarril donde se produjo el suceso permanece ayer cerrada, lo que produce problemas en el servicio de dos líneas del sistema metropolitano.