El jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB), Alexandr Bórtnikov, aseguró que unas mujeres suicidas procedentes del Cáucaso Norte perpetraron los dos atentados contra el metro de Moscú que dejaron más de treinta muertos.
La primera explosión, que se produjo poco antes de las 08.00 hora local (04.00 GMT) en la estación de Lubyanka, causó la muerte, según las diversas fuentes, de entre 20 y 25 personas, y dejó casi una veintena de heridos.
"Las explosiones ocurrieron cuando los vagones se encontraban en las estaciones del metro. Murieron algunos pasajeros en el vagón y otros en la plataforma", señaló una portavoz del Ministerio de Emergencia a la televisión rusa.
En la céntrica plaza Lubyanka se encuentra la sede del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB).
Según la Fiscalía, la potencia de la explosión fue equivalente a tres kilogramos de trilita.
La segunda explosión, que ocurrió en torno a las 08.40 en la estación de Park Kultury, dejó entre 12 y 14 muertos, y una veintena de heridos.
La Fiscalía cifró los muertos en 35, mientras el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, habló de que, según los datos preliminares, un total de 32 personas habrían fallecido.
En estos momentos, los servicios de salvamento y los equipos de bomberos colaboran en las labores de rescate en las dos estaciones.
Mientras, los heridos han sido trasladados a los hospitales más cercanos por dos helicópteros del Ministerio de Situaciones de Emergencia.
Los atentados pudieron ser causados por dos terroristas suicidas, según la Fiscalía General de Rusia, que incoó un expediente penal por terrorismo.
Otras fuentes de los servicios de seguridad apuntaron que las explosiones fueron provocadas por dos mujeres suicidas.
El director del FSB, Alexandr Bortnikov, informó al presidente ruso, Dmitri Medvédev, sobre las explosiones y las medidas que se han adoptado para ayudar a los heridos.
Las estaciones del metropolitano donde se produjeron las explosiones y que se encuentran ambas en la línea roja, una de las más concurridas de la capital, fueron cerradas, lo que provocó el caos y el pánico entre los viajeros.
La línea roja, que cruza de noreste a suroeste esta ciudad de más de 10 millones de habitantes, es la más antigua de la ciudad (1935).
El tráfico ha sido interrumpido en varias zonas del centro de la capital rusa, las líneas telefónicas fijas y móviles también se han visto colapsadas, y numerosas páginas de información en internet están bloqueadas.
El último atentado terrorista de similar magnitud perpetrado contra el metro de Moscú, que es utilizado diariamente por nueve millones de viajeros, tuvo lugar en febrero de 2004, cuando murieron 41 personas y 250 resultaron heridas.
A su vez, en noviembre pasado una treintena de personas perdieron la vida al descarrilar a causa de una explosión el tren Nevski Express, que cubría el trayecto entre Moscú y San Petersburgo.
La Fiscalía cifró los muertos en 35, mientras el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, habló de que, según los datos preliminares, un total de 32 personas habrían fallecido.
En estos momentos, los servicios de salvamento y los equipos de bomberos colaboran en las labores de rescate en las dos estaciones.
Mientras, los heridos han sido trasladados a los hospitales más cercanos por dos helicópteros del Ministerio de Situaciones de Emergencia.
Los atentados pudieron ser causados por dos terroristas suicidas, según la Fiscalía General de Rusia, que incoó un expediente penal por terrorismo.
Otras fuentes de los servicios de seguridad apuntaron que las explosiones fueron provocadas por dos mujeres suicidas.
El director del FSB, Alexandr Bortnikov, informó al presidente ruso, Dmitri Medvédev, sobre las explosiones y las medidas que se han adoptado para ayudar a los heridos.
Las estaciones del metropolitano donde se produjeron las explosiones y que se encuentran ambas en la línea roja, una de las más concurridas de la capital, fueron cerradas, lo que provocó el caos y el pánico entre los viajeros.
La línea roja, que cruza de noreste a suroeste esta ciudad de más de 10 millones de habitantes, es la más antigua de la ciudad (1935).
El tráfico ha sido interrumpido en varias zonas del centro de la capital rusa, las líneas telefónicas fijas y móviles también se han visto colapsadas, y numerosas páginas de información en internet están bloqueadas.
El último atentado terrorista de similar magnitud perpetrado contra el metro de Moscú, que es utilizado diariamente por nueve millones de viajeros, tuvo lugar en febrero de 2004, cuando murieron 41 personas y 250 resultaron heridas.
A su vez, en noviembre pasado una treintena de personas perdieron la vida al descarrilar a causa de una explosión el tren Nevski Express, que cubría el trayecto entre Moscú y San Petersburgo.