No hay nada inusual en la serie de terremotos que en las últimas semanas han sacudido Haití, Chile y ahora Turquía, según los sismólogos.
Para ellos, aun cuando un fuerte sismo puede aumentar el riesgo de movimientos telúricos en otros lugares, la reciente serie de terremotos es probablemente una coincidencia.
Agregaron que la devastación demuestra cómo la creciente edificación de ciudades en fallas sísmicas puede conllevar a muertes masivas.
“Puedo decir definitivamente que el mundo no se está acabando”, dijo Bob Holdsworth, un experto en placas tectónicas de la Universidad de Durham. Bernard Doft, sismólogo del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos, asegura que no hay una conexión directa entre los mortales terremotos que han golpeado a Haití, Chile y Turquía.
“Estos hechos están muy lejos como para tener una influencia directa entre ellos”, dijo el experto. En el caso de Haití, el terremoto ocurrió en una falla geológica que no había experimentado grandes movimientos en 250 años, pero Chile y Turquía sí tienen un historial de sismos devastadores.
“Es por casualidad que ocurrieron aproximadamente al mismo tiempo”, agregó Doft. El terremoto del lunes en Turquía tuvo una magnitud de 6,6. En promedio, ocurren 134 sismos anualmente con magnitudes entre 6.0 y 6.9.