Retirar el pene de la vagina antes de eyacular, es en definitiva lo que define al llamado coitus interruptus o también "marcha atrás".
La idea de que sólo una eyaculación profunda dentro de la vagina de la mujer puede producir un embarazo; o de que el hombre puede controlar siempre su eyaculación a voluntad, sólo son algunas de las ideas erróneas que envuelven a este mal llamado método contraceptivo.
Es cierto que ha sido practicado durante siglos. Primero por que no existía otra forma de controlar la natalidad -a no ser prácticas que dejaban mucho que desear tanto en efectividad como en forma- y segundo gracias a las ideas distorsionadas que se han dado sobre éste y cualquier otro sistema de control.
Lo realmente preocupante es que, aunque es una técnica que está más que descartada como método anticonceptivo por los altos fallos que produce, siga siendo una práctica habitual en muchas parejas. De hecho, se calcula que, muchas utilizan este sistema como único método de control de la natalidad, tanto al principio de la relación como en los dos años siguientes al inicio de sus relaciones sexuales.
Y el problema no es sólo la falta de efectividad, sino que además conlleva una serie de trastornos sexuales que, por lo general, son desconocidos por la población que utiliza este sistema de control de la natalidad.
Una de las principales cuestiones que se desconocen, es que durante la excitación masculina, se ponen en marcha diversas glándulas que recogen lo que después será el eyaculado o semen expulsado. Dentro de estas glándulas, existe la llamada glándula de Cowper, que segrega una sustancia que sirve, principalmente, para limpiar la uretra (que es el conducto que atraviesa el pene) de posibles restos de orina. En esta sustancia, que naturalmente no es semen, ya existen los suficientes espermatozoides para poder provocar un embarazo. Por lo cual, puede no ser efectivo eyacular fuera de la vagina, ya que estos espermatozoides ya han hecho su recorrido previo antes de la eyaculación final.
Además, está claro que en el hombre puede crear una gran frustración estar siempre pendiente de su eyaculación, intentándola controlar con suficiente antelación, lo cual puede llevarle más tarde o temprano a tener problemas de erección.
Y qué decir, de la frustración femenina. Siempre con miedo a que su pareja no controle lo suficiente, siempre con miedo hasta que llega la tan esperada menstruación, y siempre insatisfecha, ya que es bastante poco habitual que en esas condiciones el orgasmo esté presente.
Por ello, mejor utilizar un buen método contraceptivo, que nos de seguridad y responsabilidad frente a nuestras conductas, y que además nos asegure la tranquilidad necesaria para gozar de una parte de nosotros mismos.