La mercadotecnia estudia todos los componentes que pueden estimular nuestra compra, y la música es uno de los recursos más utilizados. De fácil recepción para los clientes, los supermercados ofrecen canciones que repercuten en nuestra psicología causando (en una medida moderada, pero existente) distintas reacciones en los clientes que provocan una mayor disposición a la compra.
Después de numerosas pruebas con distintos tipos de música se seleccionaron las canciones tipo que provocaban una mayor influencia en los clientes. Una de las características más curiosas de los estudios fue la surgida en 1989 por Holbrook y Schindler, que afirmaron que las preferencias musicales siguen un patrón que alcanza su punto máximo cuando la persona tiene 24 años. Es decir, que en función del público al que se quiere vender se usarán incluso hits de cuando tenían esa edad.
Las canciones elegidas suelen resultar familiares para los clientes, provocando una mayor comodidad para ellos y quedándose más tiempo en la tienda. La música elegida también crea una imagen mental de la tienda en los clientes. Ser mejor o peor evaluada por éstos depende entre otros factores de la música escuchada.