Se agrava el problema de las especies invasoras

Las especies invasoras son aquellos animales, insectos, plantas y seres vivos de todo tipo que fueron introducidos a ecosistemas que no les son propios, y que por ello atentan contra el equilibrio de la vida silvestre nativa alterando cadenas alimenticias, destruyendo a otras especies o esparciendo enfermedades. 
Este ha sido un problema presente desde que el hombre comenzó a trasladarse y a alterar ambientes sin entender del todo las consecuencias, pero en este momento se está agravando en forma alarmante. 
Un estudio del Programa Global de Especies Invasoras (http://www.gisp.org) realizado en 57 países del mundo (PDF) indica que hay 542 tipos de animales y plantas que están poniendo en peligro a ecosistemas en el mundo.
El número de especies invasoras varía de acuerdo a cada país: de los observados, Guinea Ecuatorial presentó sólo 9, mientras que Nueva Zelanda fue el más afectado con 222 especies no-nativas. La lista de 542 tipos de invasores observados incluye a 316 plantas, 101 especies marinas, 44 pescados de agua dulce, 43 mamíferos y 15 tipos de anfibios. 
De acuerdo al estudio, el aumento de las mismas se intensificó por el crecimiento del comercio internacional en los últimos 25 años. 
Para dar una idea de los problemas que pueden presentar estas especies, puede citarse el caso de Nueva Zelanda, donde la expansión de la población de ratas en 1999 y 2000 puso en peligro al pájaro de cabeza amarilla (Mohoua ochrocephala). A su vez, un tipo de hongo llamado chytrid, desconocido hasta 1998, ha sido relacionado con el declive y extinción de varias poblaciones de anfibios alrededor del mundo. 
También existen formas de controlar este fenómeno. Un ejemplo es la isla de Natividad, en México, donde el ave Pardela Mexicana (Puffinus opisthomelas) estuvo amenazado por la presencia de gatos, cabras y ovejas. Luego de un programa de erradicación de estos, el pájaro se está recuperando. 
El problema es que pocos gobiernos están llevando a cabo acciones concretas y efectivas para solucionar este problema, a pesar de reconocer que se trata de un tema serio. 
Una prueba más de cómo los impactos del hombre sobre la naturaleza no son fáciles de borrar