El rascacielos más alto del mundo fue cerrado al público de manera imprevista tras su lujosa inauguración hace un mes, en un hecho que ha decepcionado a turistas que pretendían subir hasta el mirador panorámico.
El cierre de la torre también ha suscitado dudas en cuanto a los planes de bienvenida que habían sido preparados para los primeros ocupantes permanentes del edificio, que llegarán en las próximas semanas.
Las fallas eléctricas son en parte responsables del cierre del mirador panorámico, la única parte que estaba abierta al público en la torre Burj Jalifa, la cual se eleva 828 metros (2.727 pies) desde el suelo.
Sin embargo, la falta de información por parte del dueño del rascacielos, la compañía Emaar Properties, no dejó claro si el resto del inmueble también quedó afectado por el cierre. La torre, que está vacía en su mayor parte, incluye decenas de elevadores para subir a los visitantes con rapidez más de 160 pisos.
El cierre por tiempo indefinido, que comenzó el domingo, coincide con los esfuerzos de Dubai para reimpulsar su imagen internacional como una moderna metrópolis árabe ante las persistentes dudas en torno a su salud financiera.
El estado-ciudad del Golfo Pérsico confía en que la torre Burj Jalifa sea un atractivo turístico.
La oferta de Dubai a los turistas incluye, entre los grandes atractivos, la torre que parece una aguja plateada que sale del desierto y es visible a varios kilómetros de distancia.
En las últimas semanas, miles de turistas habían hecho fila para comprar, incluso con días de anticipación, los boletos a fin de subir al mirador. Cada boleto supera los 27 dólares.