Pero si bien es cierto que las bolsas plásticas no son biodegradables, que tardan cientos de años en descomponerse, y que hasta muchas de las partículas de la gran mancha del Pacífico provienen de estas bolsas, el hecho es que en realidad no representan gran parte del porcentaje de generación de basura total de una casa.
Además, la reducción en su uso no representa un real cambio para el medio ambiente: las bolsas de papel requieren más energía para producirse y en lugares en donde se han prohibido las de plástico, ha aumentado el uso de otras bolsas para la basura (que son mucho más gruesas y difíciles de descomponer que las finas de polietileno). Así, recientemente surgieron algunas voces críticas en el tema.