Los osos polares llevan un siglo encogiéndose, según una investigación llevada a cabo por científicos de Dinamarca.
Científicos de este centro han comparado los cráneos de osos de comienzos del siglo XX con los de su segunda mitad y han descubierto cambios en el tamaño y la forma: los de los últimos años eran un 9% más pequeños.
Su trabajo, publicado en el Journal of Zoology, sugiere que estas transformaciones podrían estar vinculadas al aumento de la contaminación y a la reducción de la plataforma de hielo ártica.
El "estrés" físico causado por sustancias contaminantes en los cuerpos de estos osos, además de la cada vez más difícil búsqueda de alimento, podría limitar el crecimiento de estos animales, explicaron.
"Puesto que el hielo se está derritiendo, los osos tienen que gastar mucha más energía en cazar a sus presas", dijo Cino Pertoldi, líder de la investigación y profesor de biología de la Universidad de Aarhus y la Academia de Ciencias de Polonia.
"Imagine que tiene dos gemelos: uno está bien alimentado durante su crecimiento y el otro se muere de hambre. Este último será mucho más pequeño, ya que no tendrá la suficiente energía como para crecer", ejemplificó.
También en la forma
Los investigadores también descubrieron diferencias en la forma de los cráneos de distintos periodos. Y este hallazgo es más misterioso, dijo Pertoldi.
Según comentó, no es posible determinar la causa, aunque los cambios podrían deberse al ambiente de estos animales, especialmente a los agentes contaminantes de sus cuerpos.
El estudio comparó dos grupos de animales que vivieron durante periodos de tiempo en que los niveles de hielo en el mar y la polución eran muy diferentes.
Los científicos descubrieron sustancias de uso común en la industria, como disolventes, pesticidas, refrigerantes y adhesivos, en los cuerpos de los osos polares de los últimos años.
Endogamia y diversidad
Pero estos cambios también podrían estar relacionados con la reducción de la diversidad genética de estos animales.
La caza de osos durante el último siglo podría haber provocado la endogamia dentro de la especie, lo que pudo mermar su patrimonio genético.
"También sabemos gracias a estudios anteriores que algunos contaminantes han afectado a la fertilidad de las hembras", añadió Pertoldi.
Rune Dietz, otro de los investigadores, también explicó que su estudio halló un vínculo entre los contaminantes industriales y la reducción de la densidad ósea de los osos polares, lo que les podría haber hecho más vulnerables a lesiones y enfermedades como la osteoporosis.
Colección de cráneos
Estos científicos estudiaron una colección de casi 300 cráneos de osos polares del Museo Zoológico de Copenague, en Dinamarca.
Christian Sonne, un veterinario de la Universidad de Aarhus que trabajó con este equipo, dijo que esta muestra les permitió estudiar el desarrollo de estos osos durante un siglo entero.
Durante este tiempo, dijo Sonne, ha aumentado significativamente la contaminación en el Ártico.
"Los osos polares son unos de los mamíferos más contaminados del planeta", advirtió.