Un estudio de la Universidad de California, en San Francisco (Estados Unidos), ha proporcionado nuevas pistas para estudiar los efectos del sueño sobre la salud humana. Una de las principales conclusiones a las que se ha llegado es que algunas personas podrían estar genéticamente programadas para necesitar menos horas de sueño.
Según publica la revista Science, los investigadores han identificado una mutación que parece ser, al menos en parte, responsable del hecho de que las personas que la portan no necesiten dormir apenas las ocho horas consideradas normales.
Los científicos, dirigidos por Ying He, estudiaron una amplia familia en la que una madre y una hija dormían regularmente una media de seis horas por noche. Después de la secuenciación de varios genes candidatos, los investigadores descubrieron que madre e hija compartían una variante del gen DEC2 que no portaba el resto de la familia.
Este gen es un represor transcripcional, es decir, un gen que bloquea la expresión de otros genes concretos. El DEC2 ya ha sido implicado en la regulación de los ritmos circadianos.
Los investigadores después compararon los ciclos del sueño y la actividad cerebral de ratones que portaban la mutación y ratones normales. Los ratones mutantes no sólo dormían menos, con periodos más frecuentes de vigilia, sino que también necesitaban menos tiempo para recuperarse de un periodo de deprivación del sueño.
Según los autores, mutaciones parecidas en las moscas de la fruta también condujeron a fases del sueño más cortas. Por todo ello, los investigadores consideran que los animales mutantes podría suponer un nuevo modelo para estudiar el sueño humano.