La filosofía es un saber para conocer y manejar mejor la realidad. Una de las ramas más importante es la gnoseología, palabra dominguera que en buen cristiano significa teoría general del conocimiento, la cual se ocupa de entender qué se conoce y cómo se conoce, digamos, de la uva, o quizás, cómo usted llegó a conocer mejor a Fulano o Mengano.
La primera vez que le presentaron a Fulano usted amablemente dijo: "un placer conocerlo", pero ¿realmente usted conoció ya, en apenas unos segundos de haberla visto, a esa persona? No, ello es un decir. De hecho, y nos pasa a todos, muchos años después estar conociendo y sabiendo cosas de un fulano, llega el día que uno dice: "ahora es que yo conozco a ese malvado", con lo que usted da con, o por lo menos se aproxima a, lo esencial de Fulano: un bandido. De igual manera, las ciencias se enfrentan con el mismo problema: tiempo en conocer y exactitud en lo que se conoce. El saber que supervisa esta operación científica se denomina epistemología. Esa rama de la filosofía chequea si lo que dicen las ciencias es exacto o no.
El problema está en que los científicos gastan mucho dinero y tiempo para lograr la exactitud, por lo que el conocimiento científico es caro, y al decir caro todo ello se convierte en una vaina y de esa "vaina" vamos a conversar un poco. ¿Por qué necesitamos la Ciencia? Porque dice verdades ( y también, por otros muchos beneficios). Por ejemplo, si le da una "gripe mala", usted va al médico, y él le dice lo que verdaderamente le pasa. Si va donde un brujo, este quizás le diga lo que pasa. Pero si además del dolor usted no puede respirar, tiene diarrea, etc., el brujo, de todas maneras, le manda un té de hoja de cuadernos, o, a veces también, un té de hojas de afeitar, el cual "corta" la gripe al instante, mientras que el médico le receta un Tamiflú. Eventualmente, como todos sabemos, el médico gana. Ciencia al fin, el médico cobra "unos cuartos" por sus servicios (generalmente mucho más que el brujo-curandero).
El mensaje es claro: la ciencia es cara y a veces, muy cara. Además de ello tenemos otro problema: la vida cambia y nosotros como personas y como sociedad tenemos que adaptarnos a esos cambios. La Ciencia nos ayuda. Como esto concierne a todo el país, es buena idea que los gobiernos se vean involucrados en ello. La "vaina" es lo que eso cuesta. Pero hay algo peor: ¿quién nos dice que después que "los cuartos aparezcan" para hacer eso, esas investigaciones darán los frutos esperados? Oh, muy sencillo, usando una palabra dominguera: un epistemólogo, un filósofo de la ciencia; nadie más. Si no tenemos filósofos de la ciencia, nos vendremos a dar cuenta del desastre que se hizo, hasta muchos años después. Otros preguntarían ¿Por qué es necesaria la exactitud, ya que en realidad, "lo que no mata, engorda"?
Veamos un caso:
Un señor pone un restaurante en la Josefa Brea. Uno de sus platos mas populares es el pica-pollo con tostones, el preferido de las "señoritas de vida alegre" del barrio. Al principio todo va bien. Las ventas van "viento en popa". Pero, los tiempos cambian. Las mencionadas "señoritas" del área comenzaron a convertirse en Yuleidys. Cuando un Turpén las invitaba a comer no se atrevían a pedir un pica pollo porque ello era vergonzoso ("eso es comida de mujeres de mala vida"), aunque en el fondo lo deseaban irrefrenablemente. Las ventas comenzaron a bajar, el restaurante eventualmente quebró.
¿Qué hizo falta ahí? Un poco de información: si en vez de ofrecer un pica-pollo con tostones por RD$80, hubiese ofrecido "coq fritte au sauce sucre rouge" a un costo de RD$325, la Yuleidy de turno hubiese tenido la oportunidad de demostrar lo "fina" que es (al mismo tiempo que pone a "gastar cuarto" al Turpén del momento), y hubiese pedido lo que para sus fueros es "la vaina esa que nadie entiende" pero que en realidad no es más que "un pica-pollo con cachú". El restaurante no sólo se hubiese mantenido abierto sino haciendo más dinero que antes. ¿Qué falló ahí? El dueño no quiso invertir tiempo y dinero en conocer mejor su clientela y adaptarse a los tiempos.
Con los países pasa lo mismo, pero multiplicado por mil en términos de complejidad y sofisticación de las soluciones y es aquí que precisamente entra en juego la investigación científica y su "supervisora", la filosofía. La próxima vez que alguien le pregunte, ¿Filosofía, y con qué se come eso? Respóndale, "eso no es más que un pica-pollo con cachú".
Fuente: Henry Striddels es psicólogo y publicista dominicano. Escríbale a kinetos@hotmail.com